Mí querida y odiada, pero nunca olvidada lluvia. Mientras unos la estudian otros la viven y otros la sufren yo opté por ignorarla pues no me causa ningún sentimiento me parece fría y sin corazón, comprendiendo que para la gente del campo es una de sus mayores alegrías y para la gente de otros continentes es bien sea un milagro o una maldición no merecida. Conciente que para los niños es un motivo para salir de sus “ rutinas “ y ser libres mientras dure, para otros es motivo de inspiración ya que mientras ella hace o deshace ellos procrean, materializan, se unen hasta que la muerte los separe, discuten, ríen, y hacen un sin fin de cosas, yo mientras tanto tengo 2 opciones, o me quedo donde estoy impávido e inmóvil esperando la entrada triunfal de cualquier pendejo rogando a las nubes que deje su salario en la rebanadora o puedo salir a fumar que es mas ergonómico y así comparto mi desacuerdo con la puta lluvia. En fin la lluvia para bien o para mal siempre nos acompaña y nos llena la vida de muchos sentimientos dependiendo las circunstancias, siempre nos enputa el itinerario no matter what, siempre nos moja las alegrías y las tristezas, siempre nos muestra su calma después de la faena y no hay mejor calmante para el día que una buena dosis de lluvia, quien sabe cuantas muertes habrá pospuesto ya que algunos (incluyéndome) le tenemos respeto al agua.
PDT: Ojala que llueva café en el campo, que caiga un aguacero de yuca y té.
PDT: Ojala que llueva café en el campo, que caiga un aguacero de yuca y té.
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