Me pasé muchos años preguntándome por el sentido de la vida. Hasta que un día decidí que la vida no tiene por qué tener sentido. Muchos ya han hablado acerca de la necesidad humana de "etiquetar" todo lo que vemos, y de atribuirle una causa o un propósito. De hecho, ese es el origen de muchas religiones, sobre todo las primordiales. Por lo que en realidad la pregunta a resolver no sería "¿qué sentido tiene la vida?", sino "¿por qué necesitamos que la vida tenga un sentido?". Traduciendo eso a algo que pueda responder: ¿necesito que la vida tenga un sentido?
Esta mañana, no.
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