Pero luego, al llegar a mi/tu/nuestra casa, no podré evitar acurrucarme en tus brazos como un niño herido y sentir que tus caricias regañan a todos mis monstruos para que me dejen.
Esos monstruos que me arañan por dentro cuando cierro los ojos, que convierten en ruido el silencio de cualquier acorde. Ese ataque nuclear sin tregua ni trinchera de mis demonios imposibles de parar ni aun con todas las guitarras del mundo
Esos monstruos que me arañan por dentro cuando cierro los ojos, que convierten en ruido el silencio de cualquier acorde. Ese ataque nuclear sin tregua ni trinchera de mis demonios imposibles de parar ni aun con todas las guitarras del mundo
¿Me envidias por cuidarte por fuera? Yo te envidio por cuidarme por dentro. Por eso ese concepto de machismo o feminismo no va con nosotros. Porque no somos iguales pero sí complementarios. Nos necesitamos mutuamente y a partes iguales pero de distinto modo.
Tampoco es tan difícil de entender.
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