Cuando ya has pasado por el trámite de otras tantas relaciones sentimentales duraderas o no, iniciar una nueva, desde cero, te sume sin querer en la pereza de tener que volver a contar toda tu vida con pelos y señales: Reiniciar otra nueva relación es enseñar de nuevo tu currículum actualizado; contar lo mismo que a las anteriores parejas añadiendo todo lo nuevo o inventando que te ha pasado desde la última. Remover tu pasado. Hacerle a tu nuevo amor partícipe de tu vieja vida. Esa, como digo, es la parte menos agradable, la más sacrificada del flechazo a los veinti y tantos. Nunca me ha gustado hablar de mi pasado, no me gusta ver mi adolescencia retratada en fotos, o retroceder en el tiempo y enseñar quién fui o por qué tomé en su día tal o cual decisión. No me gusta tener que responder a todas esas preguntas engorrosas: ¿Por qué rompiste con tu última novia?, ¿y con la anterior? ¿fuiste infiel? A partir de tus respuestas ella sacará sus propias conclusiones. Supondrá saber cómo eres y a qué se enfrentará si decide continuar con esto. Por esto y muchas cosas mas no me interesa el pasado de nadie y no estoy interesado en que nadie conozca el mio. Soy leopoldo Díaz a quien pueda interesar.