Algún día Te vi un punto y flotando ante mis ojos la imagen de tus ojos se quedó como la mancha oscura orlada en fuego que flota y ciega si se mira al sol.
Opinar, como deporte extremo.
Opino que debería haber mas hombres
con ramos de flores por la calle,
menos mujeres soñando en ascensores.
Opino que el hambre debería estar más repartido,
que este querer comerte sin que me comas
es como ir de turismo allá a Somalia.
Opino que el amor está sobrevalorado si no es contigo,
que la soledad no depende de la gente que haya alrededor
y sí, de si tú eres todo el alrededor
que hace desaparecer a la gente.
Y opino también,
que te quise menos antes cuando te tenía
que ahora,
que ni te debo querer
porque no te tengo.
Hacen falta mas nubes con forma de corazones,
menos gatos buscando en la basura
los restos de tus panes arabes con mantequilla,
más viajes al pasado con el ticket de vuelta
girando en el tambor de un centrifugado
con aroma a lavanda.
Y opino que el color de las cortinas de mi cuarto atrae a los mosquitos
Que sigues aquí danzando en mi cabeza
Que tu voz en mis voicenote no sustituye tus ausencias,
ni la primavera tu olor
y cambiaría sin pensarlo estas vistas al mar de la ventana
por tu desfile en bikini por el charquito de mis ojos.
Y opino que cuatro rayas de cobertura
y ni una sola llamada perdida
es lo que deben llamar:
La puta soledad.
Que contar estrellas
es el movimiento matemático más estúpido
que se puede hacer por amor.
Que observar esa foto en la que tu sonrisa
hace a la vez de paisaje y de ti misma
es lo más absurdo que puede hacerse con los ojos
si no pretendes morirte de nostalgia.
Y claro que soy estúpido
y absurdo.
Y tuyo
si aún me quisieras.
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